Guindillas en vinagre


He leído en varias recetas que para la conserva de guindillas se hace una mezcla de agua, vinagre y sal, pero he encontrado esta conserva  en la que prescinden del agua. La diferencia es que sin el agua, el sabor es más intenso y avinagrado, así que lo haremos como más nos guste, en mi caso, sin agua.

-guindillas frescas (pimientos bicolor picantes)
-vinagre
-opcional: sal 

Tras lavarlas y secarlas bien, separamos las rojas de las verdes, ya que las rojas pican más. Éstas últimas se pueden congelar, secar o utilizar para recetas como la salsa Harissa, salsa Macho, o cualquier receta que requiera picante. Hay que tener en cuenta que la mayor concentración de picante se encuentra en las semillas, por lo que si queremos suavizarlas, las quitaremos. Tras manipularlas, hay que lavarse bien las manos.


Las metemos una a una en botes esterilizados, que queden juntas pero sin romperlas. Rellenamos el bote con el vinagre que nos guste, dejando dos centímetros vacíos y le añadimos sal. Cerramos los botes y movemos. 

En 15 días las podemos consumir, pero si queremos conservarlas más de dos meses en perfecto estado, les haremos vacio, esto es, hervir los botes envueltos en trapos para que no se rompan, durante 15 minutos. Dejamos que se enfríen en el agua, los sacamos y secamos bien. Así se conservan un año, en un lugar fresco , seco y sin luz. Es aconsejable que pongamos la fecha.


La guindilla contiene capsaicina, con multitud de beneficios para nuestro organismo, podemos verlos aquí y aquí.

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